Por: Tibisay Betancourt*

La aparición de la pandemia COVID-19, inició con un gran alerta para las personas denominadas Adultos Mayores, puesto que fue divulgado a nivel internacional por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos sobre los efectos colaterales, el impacto a corto, mediano y largo plazo de este virus en la calidad de vida de las personas de la tercera edad e igualmente la vulnerabilidad de éstos, así como su riesgo de violación de los derechos humanos fundamentales por múltiples razones. Por ello, importante incluir dentro de las prioridades de atención y cuidado a las personas mayores o de la tercera edad.
Al respecto, los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) determinaron los rasgos de vulnerabilidad y los casos con posibilidades de contagio debido a su pérdida de la reserva funcional fisiológica que aparece con el envejecimiento. Los adultos mayores que tienen mayor probabilidad de afectación serán los que padecen:
- Afecciones respiratorios;
- Diabetes;
- Riesgo cardiovascular (hipertensión );
- Cáncer quienes se encuentran en quimios o radioterapias;
- Insuficiencia renal;
- Fumadores entre otras enfermedades complejas.
Ahora bien, con el pasar de los días se observa que distintos grupos etarios se ven afectados por el COVID-19, dejando de lado el supuesto mayor riesgo para los adultos mayores. Ahora bien, es de tener en cuenta que de igual manera a estas personas les ha correspondido como a todos resguardarse en cuarentena, aislamiento social preventivo. Siendo así las personas mayores al mantenerse aisladas pueden mantenerse ansiosos, con estrés, agitados o irritados, muchas veces deprimidos. En virtud de estas situaciones se debe suministrar apoyo emocional, tener disposición como familiares o acompañantes de ellos, para apoyarlos, ayudarlos en lo que requieran para su bienestar emocional y físico.
A continuación mencionaremos algunas recomendaciones para prevenir el COVID-19 y proteger a las personas mayores sanas:
-Mantener la limpieza constante del lugar donde habita la persona mayor y ventilarlos espacios.
-Hacer chequeo diario de tensión arterial (tensiómetro) y niveles de azúcar (glucómetro) si sufre de diabetes.
-La persona que cuide al adulto mayor debe mantener higiene constante por su contacto directo con el mismo.
-Mantener el lavado constante de la mano con agua y jabón, así como su higiene personal completa del adulto mayor.
– Estar atentos que tomen su medicación actual, para evitar de descompensaciones físicas.
-Aprovechar las campañas de vacunación contra la neumonía por los diversos Centros de Salud que la proporcionen.
-Evitar el sedentarismo, realizar estiramientos y hacerlo caminar por la casa aunque sea 10 minutos acompañado con el cuidador para evitar tropiezos o recaídas.
– Dedicarle suficientemente tiempo al descanso y que sea de calidad.
-Mantener una alimentación balanceada con las mejores alternativas de menús saludables que contengan frutas, vegetales, proteínas y carbohidratos; todos ingeridos en proporciones adecuadas. Evitar comidas que sabemos que causan inflamación como los huevos, mantequillas, coliflor, lácteos o yogourt, entre otros.
-Realizar técnicas de relajación, atención plena y afrontamiento positivo en el abordaje del COVID-19 con el familiar de edad mayor.
-La salud mental es parte de la salud integral de la persona, por lo que es fundamental tener una comunicación asertiva, actitud empática, reconocer y valorar sus necesidades propias.
-La conexión social de los mayores con sus seres queridos o personas cercanas, son importantes para su bienestar personal, realice vídeos-llamadas, mensajes de voz, grabación de vídeos que sientan su acercamiento y no lejanía por el distanciamiento social.
-Fortalezca la seguridad y confianza del adulto mayor ante la situación actual, a través del diálogo informándole acontecimientos de hechos positivos de su entorno familiar o sociedad; aun en los momentos de crisis actual, para que disminuya su incertidumbre y no le genere ansiedad.
-Brindarle información precisa, sin darle detalles de situaciones de catástrofe ocurridas en el entorno a causa de la pandemia.
– Proponerle y colocarle música instrumental relajante o de su libre preferencia.
-Recordar es vivir, por lo que ver en familia fotos del pasado con los adultos mayores le traerá momentos de recuerdos, donde saldrán conversaciones placenteras de sus vidas y los que lo rodean.
-El acompañante o familiar que cuida del adulto mayor podría leer cuentos, poesías, recetarios, entre otras lecturas que le podrían generar placer y distracción mental.
-Colocarle en el canal YouTube vídeos de su época, de interés personal para ellos, cocina, aeróbicos, documentales, música tradicionales, cuidados de salud entre otros.
Estas recomendaciones pueden resultar muy útiles en todo momento, pueden contribuir a dar mayor calidad de vida a nuestros adultos mayores que tienen una historia, que han dado todo por las generaciones que van pasando en la humanidad.
Finalmente, debemos tener en cuenta la existencia de tratados e instrumentos que sirven para la protección y defensa de los derechos humanos, en los cuales se reconoce al adulto mayor, el fomento de su envejecimiento de forma saludable según sus prioridades físicas y emocionales. Tanto es así que en el año 2002 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración Política y el Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento (PAIME), haciendo énfasis en tres prioridades para la acción: las personas mayores y el desarrollo; el fomento de la salud y el bienestar en la vejez, y la creación de un entorno propicio y favorable para las personas mayores. Indicando que las políticas tienen que favorecer estas contribuciones y garantizar la seguridad de ellos asumiendo que los derechos humanos son consagrados por la ley.
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